Radio Amishar

11 de febrero de 2012

Bendiciones más allá de lo que se puede entender



“Cuando vio a las multitudes subió a la ladera, de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron y tomando el la palabra, comenzó a enseñarles.” Mateo 5:1,2, NVI.

Muchas veces lo que no se dice significa mucho más de lo que se expresa. Tal es el caso de las Bienaventuranzas. Jesús enumera ocho, pero no las contrasta con un número igual de ayes. Seguir las indicaciones de Jesús es una gran bendición y un privilegio para el cristiano. Evitar por la gracia de Dios los horribles defectos opuestos a las virtudes bendecidas por él también es importante para nuestro desarrollo , espiritual. -

1. “Bienaventurados los pobres en espíritu': los convencidos de su condición de perdición sin Cristo, que son lo opuesto a quienes no quieren reconocer su necesidad de un Salvador.

2. “Bienaventurados los que lloran': los tristes por su condición pecaminosa y arrepentidos de sus errores, personas diametralmente distintas a los altivos que no se quieren humillar ante el Señor.

3. “Bienaventurados los mansos': los que se someten a Dios, que distan de parecerse a los propensos a rebelarse ante cualquier cosa, a los dados a guardar rencor y a enojarse con Dios y todo el mundo.

4. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia': que son lo contrario a los que no pueden aceptar la salvación por la gracia, inmersos en una lucha constante para hacer “cosas” para ser salvos.

5. “Bienaventurados los misericordiosos': los que se preocupan del bien de los demás, que están en el extremo opuesto de los que egoístamente quieren adueñarse del reino de Dios sin hacer ningún esfuerzo para ayudar a los demás a encontrar el camino de la salvación.

6. “Bienaventurados los de limpio corazón': no los que se creen más santos que otras personas y que dedican su vida a encontrar faltas en los demás.

7. “Bienaventurados los que hacen la paz': que no tienen la actitud de quienes promueven la maldad y hacen que otros caigan en el pecado.

8. “Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia': que no son los que desaniman a los demás en sus luchas o presentan las dificultades como razón para abandonar al Señor.

Levítico 8:1-10:20; Mateo 5:1-48

Pr. Israel Leito

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