Radio Amishar

24 de junio de 2014

Esperanza y confianza en Dios

Es muy cierto que la disposición mental afecta para bien o para mal el desempeño de nuestro organismo. Por ejemplo, una persona depresiva y malhumorada se pasará más tiempo enferma que una que ve todas las cosas de forma positiva. La mayoría de las enfermedades físicas provienen de la mente. Los enfermos que desean sanarse tienen más posibilidades que aquellos que ya perparte física, mental y espiritual,dieron toda esperanza, por eso es necesario tratar de mantener un equilibrio entre la parte física, mental y espiritual, hay que tratar de tomar las cosas con calma y relajarse, tratar de ser feliz y sobre todo no guardar resentimiento hacia los demás. Una buena manera de lograr esto es por medio de la fe en Dios, porque puede ayudarle a sobre llevar de una manera más fácil sus problemas. La Fe, principio fundamental que llena nuestra existencia de valor. La fe en Dios nuestro creador, proporciona al creyente la capacidad para enfrentar adecuadamente retos y dificultades en los aspectos biológico, psicológico y social, es decir, en el ambito de su Salud. Más allá de cualquier método derivado de filosofias humanas, la Fe en Dios, afianzada por la confianza en su revelación, constituye el medio a través del cual fluye el poder transformador de Dios que conduce a un estado de bienestar, como consecuencia de la oración, la lectura de su palabra y la puesta en práctica de sus enseñanzas. David Larson, un consultor del Instituto Nacional de Salud Mental en los Estados Unidos, hizo una extensa investigación sobre la relación entre la religión y la salud. Su estudio demostró que hay una conexión directa entre la salud y la práctica efectiva del cristianismo. Se sorprendió al descubrir que los que asisten a la iglesia viven más que los que no lo hacen. Además, en ellos es menor la incidencia de ataques al corazón, endurecimiento de las arterias, alta presión y otras enfermedades. También descubrió que los que tienen fe en Dios viven vidas más productivas porque son menos propensos a la depresión, a convertirse en alcohólicos, a cometer delitos continuos o a ser atrapados en matrimonios desdichados. La confianza en el poder divino es la llave para disfrutar de bienestar genuino y de una vida saludable y feliz. Aproximadamente 50.000 adventistas formaron parte de este estudio realizado a lo largo de 30 años. Los resultados mostraron que los hombres vivían un promedio de 8,9 años más que el resto de la población masculina, y las mujeres 7,5 años más que la femenina. Estudios entre adventistas de Holanda, Noruega y Polonia mostraron resultados similares. Los investigadores atribuyen la vida más larga de los adventistas a que siguen algunos o todos los ocho principios de salud presentados en esta guía. Y no solamente la vida es más larga, sino de mejor calidad. La aplicación de la perspectiva bíblica a nuestra vida determina la diferencia en todos los aspectos de la existencia, pues ofrece la convincente evidencia de que el cristianismo es la religión más práctica y razonable de todo el mundo. Debido a la íntima relación entre la mente, el cuerpo y nuestra vida espiritual, los cristianos que viven por la Palabra de Dios, desean seguir los principios de un estilo de vida saludable mientras se preparan para la segunda venida de Cristo (1 S. Juan 3:1-3). Jesús no sólo desea que estemos listos para encontrarnos con él, sino que también anhela que la calidad de nuestras vidas aquí sea mejor. “Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que SANA TODAS TUS DOLENCIAS; el que RESCATA DEL HOYO TU VIDA”. (Salmos 103:2-4)

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