Radio Amishar

23 de febrero de 2015

No recuerdo quien es

Experimenta: ¿Qué puede pasarnos si no dedicamos tiempo cada día a conocer a Jesús mediante la Biblia y su obra en la naturaleza?

Una señora me saludó efusivamente y me abrazó. Mientras hablaba hice un esfuerzo enorme por recordar quién era esa amable mujer, pero no lo conseguí. Me invitó a su casa a desayunar juntas y platicar en otro momento. Me dio otro abrazo al despedirse, muy alegre de volver a verme después de tanto tiempo.

Días después de la muerte de Jesús, Pedro y algunos otros discípulos fueron a pescar. Toda la noche intentaron sin éxito. Al amanecer vieron a un hombre que los observaba desde la playa. Los saludó como si los conociese y preguntó si habían pescado algo, a lo que ellos contestaron negativamente. Aquel hombre les ordenó que tiraran la red del lado derecho del barco. Pedro y los demás obedecieron al extraño. Cuando lanzaron la red al otro lado del barco y se llenó de peces, Juan dijo a Pedro que aquel hombre era Jesús, con quien ellos habían andado todos los días durante tres años. Entonces Pedro se vistió, saltó del barco y caminó hasta la playa, donde Jesús ya había encendido una fogata y cocinaba pescado y pan recién preparado para invitarlos a desayunar. Los discípulos trajeron más peces de la red y se los dieron. ¡Pero no se atrevían a preguntarle quién era! Su Maestro con el que se habían convivido durante tanto tiempo… ¡y no recordaban quién era!

Me parecía increíble la historia hasta que aquella señora me saludó en el parque. Pasaron días hasta que recordé su nombre. ¡Qué vergüenza sentí cuando cuando volví a verla en la iglesia!

¿Por qué olvidamos el rostro de una persona? Posiblemente nos concentramos en sus acciones, lo que esperamos de ella o cualquier otra cosa, menos en sí misma.

Si seguimos sin dedicáramos al Señor, corremos el riesgo de no reconocerlo el día que nos encontremos con él y nos invite a desayunar en su mansión en el cielo.

«Cuando comenzaba a amanecer, Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él» (Juan 21:4)


Tomado de:
Lecturas Devocionalespara Menores 2015
"Ciencia divertida para cada día"
Por: Yaqueline Tello Ayala

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