Tensión Baja

La hipotensión o presión arterial baja (habitualmente denominada tensión baja) no implica padecer una enfermedad. Si hay un cuadro clínico previo, la bajada de la presión arterial puede ser una manifestación más de éste.

Habitualmente, la tensión baja se da en personas sanas y a pesar de lo molesto en ocasiones de la sintomatología, suele ser un signo de buena salud y de una probable vida longeva.

Lo que implica la hipotensión es que la distribución de la sangre no se produce adecuadamente a todas las partes del organismo, lo que provoca la aparición de los síntomas habituales como son: mareos, vértigos, visión borrosa o sensación de debilidad.

Causas que pueden producir una bajada de tensión pueden ser:

• Cambios de postura repentinos: cuando nos incorporamos de manera brusca (bien de estar tumbados o sentados) podemos sentirnos mareados e incluso sufrir una pérdida momentánea de visión.
• Temperatura ambiente excesiva: cuando se está en ambientes muy cargados, altas temperaturas también puede provocar bajadas de tensión.
• Una extracción de sangre o una pérdida de ésta por una hemorragia.
• Llevar una alimentación deficitaria, especialmente si no consumimos vitaminas y proteínas en la cantidad suficiente.
• Consumo de determinados medicamentos.

Como podemos observar, aunque hay numerosas causas cotidianas que nos pueden provocar una bajada de tensión, también hemos de contemplar la disposición biológica de cada individuo, ya que las respuestas no se dan de igual manera en todos los organismos.

En caso de sufrir hipotensión hay que ser precavido y en momentos determinados comunicarlo a las personas que tenemos alrededor para evitar males mayores. En sí misma la tensión baja no tiene porqué ser una fuente de preocupación ni supone un detrimento de la salud o la calidad de vida.

Lejos de eso parece que, más bien, es una garantía para disfrutar de una larga vida.