Radio Amishar

16 de noviembre de 2014

Una corta separación

Una corta separación

"Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". Tito 2:13.

Papá Josué, así llamábamos a mi abuelito, vino a Lima a someterse a una cirugía de vesícula. Luego de un chequeo clínico completo, los médicos se dieron cuenta de que el problema era más grave. La tomografía acusó un cáncer de estómago con metástasis en el hígado. Ese mismo día fuimos a un hospital especializado en enfermedades oncológicas y, luego de dos semanas de exámenes médicos, nos dijeron que no podían hacer nada; solo prescribieron terapias para el dolor.

Estábamos todos muy tristes y desconcertados. Decidí cuidar de papá y atenderlo con todo mi corazón, pues el cáncer de estómago produce mucho dolor, que a veces es incontrolable. Gracias a Dios, él no sufría mucho en ese momento y era controlado con medicamentos.

Después de un mes de tratamiento, un día lo vi muy adolorido a pesar del medicamento que le había administrado. Esa noche caí de rodillas ante Dios y abrí mi corazón: "Señor, si es tu voluntad que papá descanse, dame el consuelo de saber que resucitará para vida eterna cuando Cristo vuelva".

A la mañana siguiente vi a papá muy mal. Nos reunimos en familia junto a su cama y oré una vez más. Al decir "amén" papá Josué dio su último suspiro y cerro sus ojos. Salí del cuarto muy triste y, arrodillándome, le pedí a Dios el consuelo y la seguridad de que vería nuevamente a papá Josué. Necesitaba estar segura de que sería salvo.

Luego del entierro, nos encontrábamos reunidos haciendo el culto familiar, y leyendo la reflexión matutina del 18 de octubre de 2006 encontré la respuesta a mi oración. El mensaje comparaba la muerte con un viaje. Así como sufrimos al despedirnos pero tenemos la esperanza de volver a vernos, la muerte significa una separación temporaria, pues el Señor nos da la esperanza de volver a encontrarnos cuando él regrese en gloria y majestad.

Querida amiga, si alguno de tus amados ha ido al descanso en el Señor, volverás a abrazarlo, pero ahora te toca a ti estar preparada. El Señor, en su piedad, ha extendido su misericordia a los que aún quedamos en la tierra esperando su regreso. Preparémonos para encontrarnos con él.

Guilssela Palacios de Mathews, Perú

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