Radio Amishar

23 de enero de 2015

Noche de ángeles

Noche de ángeles

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmo 34:7.

¿Ángeles? Sí. Seres celestes que intervienen en nuestra vida. Vanessa, mi hermanita menor, tenía tres años cuando tuvo un encuentro cercano con los ángeles. Ella no lo recuerda, pero sí los que estuvimos ahí y lo escuchamos de ella

Vanesa tuvo un accidente. Una pileta de cemento cayó sobre ella y le cortó dos dedos y medio de su pie derecho. Los doctores trataron de unir quirúrgicamente los dedos, y pasó la noche en el hospital.

A medida que pasaba la anestesia, Vanesa empezó a sentir dolor. Lloraba y se quejaba. Mi mamá la tomó en brazos y la paseó por los pasillos. Llegaron hasta la sala de espera. La pared tenía grandes ventanas de vidrio y se podían ver las azoteas de las casas. Mi mamá trataba de distraerla con cantos de la Escuela Sabática. De repente dejó de llorar y comenzó a sonreír. Su rostro se iluminó: 
-¡Mira qué lindos! -tomó la cara de mi mamá en sus manitas y dirigió su rostro hacia fuera-. ¡Mamá, míralos! 
-¿Qué ves, mi amor? 
-¡Los ángeles! Ahí -señalaba ella sobre las azoteas-. ¿Los ves? Son ángeles y tienen alitas y me sonríen. ¡Me están cuidando! 
-No veo nada, mi amor. 
-Están ahí sobre el techo -insistía ella.

Pero mamá no veía nada. Vanessa siguió mirando, y al rato se durmió. Por la mañana, intrigada, mamá revisó el lugar. No había nada que pudiera confundir a Vanessa. Durante varios días mi hermanita contaba lo que había visto y cómo se sintió aliviada después de aquella visión.

Los ángeles están entre nosotros, como el Señor ha prometido. Cuando el dolor parece consumirte, cuando crees estar sola y tus ojos se secan de llorar y no pareces obtener respuestas, cuando el dolor te ciega, ellos están ahí, sienten tu dolor. Creo que los niños, en su pureza e inocencia, logran verlos. Sin embargo, lo importante no es verlos; es saber que están ahí, porque “el ángel de Jehová acampa alrededor”. Esta promesa fue real para mi hermanita, y lo es para mí. Esta promesa también es para ti.

Sandra Menéndez Sosa.

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